El sistema de transporte de sólidos mas común dentro de las fábricas de proceso contínuo es sin duda el sinfín, bien en su modalidad tubular (sinfín) o bien en su modalidad de canal (transportador sinfín).
No obstante, y a pesar de que es un sistema de transporte muy conocido, pocas son las personas que saben de la flexibilidad de diseño que ofrece esta máquina. Y cuando hablamos de flexibilidad de diseño no nos referimos a una simple variación de tamaños o materiales. Evidentemente y en función del producto que vamos a transportar en las fábricas elegiremos un diámetro de sinfín y unos materiales que soporten una propiedad específica del material transportado.
Pero lo realmente importante que nos ofrece un sinfín es la posibilidad de variación de dimensiones en la espiral, la variación de formas dentro de la espiral, y la relación de tamaños entre la espiral y su camisa o tubo.
De esta forma, y eligiendo bien los parámetros, con un sinfín se pueden transportar harinas, piensos, plásticos, áridos, productos impalpables, piedras, astillas, gránulos…y un sinfín de productos que aunque son de muy diferente granulometría y morfología son fácilmente transportables realizando un adecuado diseño del sinfín.
Por eso tanto en fábricas de pienso, de reciclaje, de tratamiento de maderas, de recuperación de productos, de selección de semillas, de producción de alimentos, de producción de abonos, en composición de fórmulas, en el mundo farmacéutico, en depuradoras de agua, en plantas químicas y en general, en cualquier fábrica de tratamiento y producción de sólidos podemos encontrar este tipo de máquinas de transporte en sus diferentes formatos y configuraciones.